Las numerosas cuevas de Salento, como Grotta Romanelli , son testigos de una larguísima “guerra” que ahora se ha perdido en parte en la memoria de la civilización moderna: la del agua potable . De hecho, hace milenios, Puglia no contaba con un acueducto real y, por lo tanto, la recolección y conservación de agua dulce representó un paso fundamental para la supervivencia de los antiguos pueblos colonizadores . En nuestra Apulia (que en latín significa realmente ” sin agua “, o más bien ” tierra árida ” también para los pueblos romanos posteriores), la constitución calcáreade la gran mayoría de formaciones rocosas allí presentes no garantizaban la conservación del agua pero los fenómenos kársticos , explotados de manera inteligente, no lo impedían. Averigüemos cómo:
“La acción química y mecánica del agua de lluvia que circula en la superficie, de hecho, perpetrada sobre rocas hidrosolubles, como las calizas, ha hecho que a lo largo de milenios se haya creado el típico paisaje kárstico, desprovisto de hidrografía superficial y por otro lado lleno de cuevas, sumideros, sumideros, cuevas, pozos naturales, que han alimentado a un grupo de humanos y animales, perpetuamente comprometidos en la búsqueda de agua para saciar su sed, habrán luchado encarnizadamente y quizás con violencia por los escasos recursos hídricos superficiales presentes en el este último, por una ley especial (n. 2644 del 10/08/1884) y por reales decretos posteriores, en una lista de 16 fuentes para las que “‘ ℎ” ( Canale Fano a Salve ,Fosso dei Samari en Gallipoli, río Idro y lago Alimini Piccolo en Otranto , canal Rauccio en Lecce , …)” – leemos en Archeologia del Salento . Por lo tanto, el análisis concluye de la siguiente manera:
“La “gran guerra” duró hasta hace unas décadas, antes de la llegada del acueducto de Apulia y la posibilidad de excavar pozos artesianos capaces de interceptar los acuíferos que fluyen bajo nuestros pies. El ̀ tuvo que ser ingenioso y hacer, como siempre, virtud de la necesidad (campesino, zapato rojo, cervellu finu), construyendo cisternas para almacenar el agua de lluvia y realizando elementales pero eficaces proyectos de ingeniería hidráulica con el objetivo de conducir en su interior, por medio de sistemas de canales a veces intrincados, la preciada agua de lluvia, aprovechando también las azoteas de liame/lamie y pajare”. Observaciones similares también fueron confirmadas por un estudio científico.sobre el análisis específico de los restos arqueológicos de Grottaglie (en la zona de Taranto) que confirman cómo los antiguos pueblos de colonos (las llamadas civilizaciones de las rocas ) hicieron uso de un sistema sostenible del territorio, creando un sistema de transporte y recogida de agua de lluvia : surcos cavados directamente en la roca -clasificables geológicamente como del tipo calcarenita del Plio-Pleistoceno , más bien “blandos” y por lo tanto aptos para el modelado artificial- desde la meseta sobre el valle del acantilado permitieron así que el agua fluya aguas abajo, hasta que terminó en cisternas construidas ad hoc. Además, con estos sistemas se podía garantizar que el agua se mantuviera fresca.
Fuentes:
https://link.springer.com/article/10.1007/s12665-020-09212-y
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